¿Qué pensé cuando cumplí 25?
1. Tírate y aparecerá la red - Julia Cameron. 2. Basta de tenerle miedo al dinero. 3. Abre la puerta.
Supuestamente, hay una famosa crisis que llega cuando cumples 25, quizás un poco antes o un poco después, pero como sea rondando esta edad hay muchos “insights” que te caen con respecto a la vida adulta o la vida en general (aunque de esto último pasan todo el tiempo sin importar la edad).
Toda esta semana estuve pensando “¿con qué llego a mis 25?” “¿qué me enseñó este último año?” y enseguida tres frases se me repitieron en la cabeza:
1.Tírate y aparecerá la red - Julia Cameron.
2.Basta de tenerle miedo al dinero.
3.Abre la puerta.
Tírate y aparecerá la red - Julia Cameron.
Esta frase la leí hace unos meses en El camino del artista y para mí resumió bastante el sentimiento con el que caminé este último año. Todavía la siento muy vigente en mi vida e incluso soplando las velitas no pude evitar recordarla.
Estas palabras me hablan de una confianza bien específica, esa que viene cuando empiezas a empujar el techo de tus creencias, cuando tus ideas se vuelven más ambiciosas y realmente comienzas a pensar en grande.
Cuando esto te pasa hay mucho que no sabes cómo manejar, pero confías en que lo vas a averiguar. No sabes muy bien cómo hacer para llegar del punto A al B y mucho menos del B al C, pero algo te dice que en alguna parte de ese trayecto lo descubrirás. Y eso se llama confiar, pero confiar desde las entrañas, la intuición, el olfato salvaje y el espíritu.
Con esta confianza llegué a mis 25. Porque llevo un año completo diciendo “¿qué estás haciendo?” y al mismo tiempo “dale sin freno”. Así que ¿qué aprendí yo de esto? que para que aparezca la red, primero tienes que arriesgarte a estar en el aire. Querido creativo, si en este momento te sientes en caída libre, confía en que una red va a aparecer. Créeme. Siempre aparece.
Basta de tenerle miedo al dinero.
Este último año trabajé mucho este pensamiento, el cual me di cuenta con el tiempo que no era mío. Mi miedo al dinero resultó ser un miedo adquirido, un comportamiento aprendido. Uno que con los años me cerró mucho la mente, me hizo temerle, tener una relación ansiosa con él y convertirme en una persona que se le complicaba demasiado enfrentarlo de una forma libre y sana. Nunca supe hablar de dinero sin que implicara una connotación negativa o una situación conflictiva, y por mucho tiempo en mi vida significó carencia, caos y limitantes.
Así que un día me cansé, me di cuenta de que podía tomar otro camino y decidí conscientemente asumir la larga tarea de romper con esta creencia, paso a paso, mes a mes y dólar a dólar. Pensé tantas veces “¿Por qué no puede ser distinto?” “Yo quiero que sea distinto.” Y en eso, efectivamente me di cuenta que (como muchas cosas en la vida), todo empieza por querer.
Hoy sigo trabajando en ello, ya viendo algunos frutos y sanando donde todavía arde, pero con mucha energía para seguir transformando aquella mentalidad. Justo un día antes de cumplir años escribí estas afirmaciones en mi librito:
El dinero no es un problema; es una energía de trueque.
El dinero no es una limitante; es una oportunidad.
El dinero no viene a mi para hacerme sufrir; viene para hacerme crecer.
Vamos a quedarnos con la segunda parte de la oración.
Abre la puerta.
Hace unas semanas un chico de una librería me pidió que sacara una carta de su mazo de tarot. Apareció este mensaje y creo que llegó a mí para oficialmente darle inicio a una nueva etapa.
Así que abro la puerta.
Y esto lo asocio con palabras como “permitir”, “recibir” e “intentar”. Un poco lo que mencionaba en la carta pasada de “salir de uno mismo” para ver qué más hay.
En mi caso, creo que toda esta apertura empieza por realmente dejar que una nueva cultura entre a mi casa, con nuevas personas, trabajos y contextos. Abrir la puerta con el corazón abierto, para entender, para seguir conociendo, para escuchar y aprender; para disfrutar este presente nuevo que trae sabores tan diversos.
México tiene muchos colores que me encantan. Creo vale la pena dejar que esa calaverita que me compré en la calle se quedé en mi mesita de noche. Ahora veo que forma parte de mi hogar.
25. La vida sigue siendo un experimento, solo que ahora empiezas a ser responsable de él.
Y sí, si me preguntas, estoy de acuerdo con lo que todo mundo dice sobre los caóticos 20, pero pienso que todo ese caos es parte de una transición inevitable y natural. Además, hay que aceptar que tiene su encanto no tener ataduras de ningún tipo, en especial, en el ámbito material.
Hoy solo somos mi maleta y yo, y juntas podemos irnos a donde sea.
De cualquier forma, en todos lados puede aparecer una red,
con amor,
Sarah.