Sobre estar soltera y pedir guía
Una pausa a pecho abierto: ¿de cuántas maneras puedo ser acompañada, amada y guiada?
Cierro esta semana feliz.
Hoy me siento en calma, alineada y llena de amor, así que desde ese lugar voy a escribirte. La verdad, tenía rato sin permitirme conectar tanto con mi cuerpo desde un lugar más espiritual y de tener una soltería detox, en plan bien radical. No coqueteos, no mensajes, no likes en ninguna historia, no andar entreteniendo nada por ahí ni siquiera de forma casual.
No es necesario ser tan radical siempre, lo sé; pero en mi caso, esta temporada me hacía mucha falta en mi plot, la serie se me estaba poniendo muy dramática y estaba tomando unos tintes que no se parecen mucho a mí realmente, a mí yo auténtico, a la persona que sé en mi corazón que soy. Tú me entiendes.
Así que en este tiempo, además de dármelo mucho a mí, me he dedicado a observar y presenciar toda la compañía que me rodea. De mis amigas mujeres me he quedado mucho con sus abrazos, sus escuchas y las risas infinitas de “te entiendo” y “maldita sea”, de mis amigos hombres me he quedado con sus preguntas, sus ligerezas, sus “¿mañana? activo.”
He estado muy sola y, a la vez, activamente acompañada. Porque le puse un reposo indefinido a mi vida romántica, pero no para cerrar el corazón y enterrarlo en el miedo, todo lo contrario. Hice algo que nunca había hecho: una pausa a pecho abierto, pidiéndole al universo que me mostrara de cuántas otras maneras puedo ser acompañada, amada y guiada.
Y aquí quería llegar con todo este contexto:
Es la primera vez que pido, conscientemente, mucha guía a través de mi escritura, de mi respiración y de mi movimiento físico. Estoy segura. Estoy guiada. Estoy aquí. Ha sido mi mantra de la semana y todo mi journaling diario ha tenido como pauta empezar o terminar con esas tres afirmaciones.
Me di cuenta de que, muy alineada con mi energía masculina, estaba actuando y pensando como si tuviera que averiguarlo y descifrarlo todo yo sola. Justo de darme cuenta de que ese se estaba volviendo mi modus operandi vino la idea de pedir guía. Y en esta ocasión, esa intención se sintió completamente diferente a la idea de pedir ayuda.
Hay algo muy poderoso que se desprende de escribir o pensar “Estoy dispuesta a ser guiada. Estoy guiada” que tiene la connotación espiritual y etérea que necesitaba. En otras palabras, energía femenina divina…pero a full.
La guía creo que muchas veces puede ser silenciosa e intuitiva. Te pide escucha y conexión porque no siempre es tan explícita, y puede sentirse más como imán o interés hacia algo o alguien en específico. De conectar con la guía, te puedo decir que me empecé a sentir llamada a ciertas actividades o acciones, como si una parte de mí simplemente supiera que es el momento de hacer ciertas cosas.
Un ejemplo claro para mí fue el de empezar a andar en bici. Nunca aprendí a hacerlo y por alguna razón se me vino un pensamiento de que quizás era un buen momento para intentarlo ahorita antes de cumplir 27 años. Casual (y no tan casualmente), en medio de andarlo reflexionando, me escribe un amigo que hace dos años me había ofrecido enseñarme, así que lo tomé como mi señal perfecta para preguntarle si se acordaba de aquella propuesta que me había hecho hace tiempo cuando yo estaba llegando a México.
Para hacerte el cuento corto, te puedo decir dos cosas: 1.Me dijo que obviamente sí. 2. En mi primer día de clases aprendí a andar en bicicleta.
Luego de eso, también por algo pensé que era un buen momento para retomar mi lectura del libro Las mujeres que corren los lobos. Así que tampoco le di mucha vuelta, me senté en mi terracita y empecé a leer. Nunca me di cuenta, pero en algún momento, cuando abrí el libro, se cayó en la mesa la única foto impresa, que me traje a México, de mí misma de pequeña. Se me había olvidado por completo que la había guardado en ese libro, y tenía seguro más de un año y medio sin verla.
Casual (y no tan casualmente) había una niña en mi interior celebrando saber montar bici.
Pedí guía y la recibí.
Y pienso:
El universo tiene muchas maneras de manifestarnos las cosas.
Fotos que se caen,
Mensajes que llegan,
Regalos que nos hacen,
Canciones que descubrimos.
Hay respuestas que son abstractas y, aun así, tienen todo el sentido del mundo.
Ahora te pregunto:
¿Te sientes guiada actualmente en algún aspecto de tu vida?
Puedes escribir la respuesta o solo escribir en qué área de tu vida te gustaría recibir esa guía y por qué.
Aprovecha, si no lo has hecho, y dile a la vida que te muestre de qué muchas maneras puedes ser guiada y sostenida. Tu trabajo será, principalmente, mantenerte presente y en movimiento. Pero lo suficientemente presente como para darte cuenta qué símbolos e información estarás recibiendo.
Para terminar, te quiero compartir otro ejemplo de guía bastante hermoso que viví ayer.
Yo había reservado para una clase de movimiento llamada “bailando con el femenino” porque sentía justo lo que te contaba, que venía mucho rato estando muy en mi energía masculina y con todo el tema de pedir guía había empezado a reconectar con mi femenino y ahí quería seguir indagando. Bueno. No pudo ser porque la clase fue cancelada. La profe me escribe y me cuenta la noticia, pero al mismo tiempo me hace una invitación a una clase de Chi Kung (Qigong) que iba a dictarse en el mismo horario, por otra maestra. Yo no tenía ni la menor idea de qué significaba esa práctica, pero viniendo de ella la invitación le dije que sí de una. Por algo esto llegaba a mí y no de gratis el flyer tenía un dibujo de un Yin Yang.
Resulta que el Chi Kung es una práctica milenaria china que trabaja el cuerpo a través de movimientos suaves y conscientes que se enfocan en tu energía, con el fin de trabajar tu salud y bienestar. Casual (y no tan casualmente) la clase de ayer era para trabajar la energía del Yin Yang y la integración de nuestras dos energías bases: la femenina y la masculina.
Asistir fue el mejor plan de sábado que pude haber hecho.
Yo pedí más guía en mi trabajo con el femenino y sentí que la vida me dio un recordatorio incluso más profundo y poderoso: Sí, trabaja tu femenino, pero no satanices tu energía masculina en el proceso.
Gracias, maestra Tessy. Hoy me desperté agradeciendo toda esta reconexión con mi anima, mientras le doy un beso a mi bella energía sol. Mierda…la que lo da todo y con tanta fuerza. La que dice quiero y va por ello. La que hace, mueve y conquista. A esta energía también la quiero cerca, cerquita.
Caminamos hacia la izquierda y hacia la derecha.
El masculino conquista y el femenino integra.
No somos una sola cosa, y no está en nuestra naturaleza movernos en una sola energía.
Que esta carta nos recuerde eso,
y que somos pedazos de sol y de luna.
Ojalá cierres tu semana abrazando la luz de ambas fuentes. Y si estás en un momento en el que no estás conectando mucho con alguna de las dos, que sepas que igual esta vive dentro de ti.
Quizás es cuestión de que le toques la puerta.
con amor,
Sarah.
Amando este escrito, Sarita. Lo abrazo un montón y me identifico.
Desde que empecé mi curso de El camino del Artista (el cual te recomiendo de corazón), he sido consiente de que, manteniéndome en movimiento y en una energía de abundancia y calma, ocurren ciertas cositas o sinergias que me hacen recordar que Dios y la vida están allí, tomando mi mano y haciéndolo con entereza. No estoy sola en mis procesos y en ese camino a mi mejor versión.